Hacer frente a una mudanza siempre genera un estado de estrés y nerviosismo independientemente de la edad que se tenga. Pero el estado de ansiedad puede agravarse todavía más en el caso de los niños, por ese motivo es importante saber qué hacer con los más pequeños de la casa durante una mudanza.
En primer lugar, se debe tener en cuenta que un cambio de domicilio siempre es un cambio más o menos drástico en la vida de un niño. Una mudanza suele suponer también un cambio de ciudad, de colegio, de amigos, de entorno doméstico, por lo que es importante preparar psicológicamente al niño antes de que se produzca. Es de vital importancia que se hable con el niño destacando los aspectos positivos que la mudanza a otra residencia le va a reportar. Tenga en cuenta que los niños suelen sentirse desplazados debido a que no se ha contado con ellos en la toma de esta decisión, que también a ellos afecta, por este motivo es fundamental razonar con ellos para que entiendan y hagan suyos los motivos de la mudanza.
Para ayudar a que el menor sufra lo menos posible las consecuencias estresantes del cambio de residencia, una de las cosas que se pueden hacer es decorar su habitación en la nueva casa de la manera más parecida posible a como la tenía en la antigua residencia. Esto servirá para que note el cambio lo menos posible.
Durante el día de la mudanza, se puede dejar al niño a cargo de alguna persona de confianza para que lo cuide mientras que se efectúa todo el traslado. Aunque si el menor ha mostrado buena predisposición al cambio de residencia, no se debe descartar hacerlo partícipe de la mudanza. Siempre es positivo que el niño se sienta parte importante de la familia y con más razón en decisiones trascendentales como esta.