Con la llegada del verano muchos universitarios comienzan a buscar piso, un nuevo hogar en el que sentirse confortables y relajados para afrontar con energía y seguridad las duras jornadas docentes.
Por este motivo, como buenos arrendadores, es de vital importancia el poder mantener unas condiciones dignas y en las que el inquino se sienta satisfecho.
En primer lugar, una casa de alquiler debe tener los muebles básicos, como cama, mesas, sillas y escritorio. Un estudiante es una persona que pasa mucho tiempo sentada instruyéndose con dedicación, por lo que es importante presentar un buen mobiliario; pero sobretodo, cómodo.
También es crucial disponer de algunos aparatos eléctricos y electrodomésticos necesarios, como microondas, lavadora, plancha, televisión e incluso batidora o tostadora, ya que entendemos que las personas que viven de alquiler en nuestra casa, necesitan mantener un nivel gastronómico adecuado que les otorgue motivación y así ayudarles a no gastar demasiado en comida de restaurantes o comida rápido debido a que no dispongan de la posibilidad de cocinar en casa.
Otro punto olvidado por muchos caseros pero que con el transcurso de los días se va haciendo más importante, es el hecho de que la casa debe disponer de algo de decoración; por muy pequeña que sea, de esta manera ayudaremos a nuestros inquilinos a recrear un ambiente más vivo y cálido para que recuerden el confort de su antiguo hogar y no sientan inseguros y con ganas de marcharse de su nueva residencia.