Ya tenemos la Navidad a la vuelta de la esquina. Habrá que desempolvar en breve el árbol de Navidad. El origen de esta tradición es incierto y aunque muchos pensemos que viene de Estados Unidos, la costumbre de decorar árboles nació en el norte de Europa y parece remontarse a mucho antes de que Colón pusiera un pie en el continente americano. En España, no obstante, llegó bastante más tarde. El primer árbol de Navidad se dejó ver a finales del siglo XIX, en el jardín de una casa situada en el Paseo del Prado de Madrid. El dueño era el Duque de Sesto y su mujer, de origen ruso, copió la costumbre de los vecinos del norte de Europa. Hoy, los árboles decorados son una tradición arraigada en nuestro país. Pero hay muchas maneras de “poner el árbol” en casa. Te mostramos ideas originales que van más allá del típico abeto con bolas y espumillón. ¡Vamos a verlas!
Un árbol lámpara ¿Y si en vez de llenar de luces el árbol, tuvieras un árbol que fuera en sí mismo una luz? Es un concepto que puedes encontrar en diferentes tiendas de decoración y que dará un punto original y luminoso a tu salón navideño.
Vinilos con forma de árbol En la misma línea que la propuesta anterior, pero un poco más minimalista está pegar vinilos en la pared con árboles de Navidad. Se trata de una opción, limpia, cómoda y barata. Quitar y poner vinilos es facilísimo y no deja marca.
Papeles para el árbol de Navidad Otra opción elegante y discreta es hacerlo con papel, o mejor dicho, con cartón. Se trata de una opción en la que puedes involucrar a toda la familia y con la que los niños disfrutarán tanto o más que colocando las bolas en el árbol.
Árboles de metal Para los que no quieren perder ni un ápice de elegancia cuando llega la Navidad, proponemos un árbol de metal. Sí, sí, has leído bien. Se trata de una estructura con forma de árbol de la que podemos colgar cualquier cosa.
Árboles de tela Un regalo muy navideño y un trabajo manual estupendo para aquellos que les gusta jugar con los retales. Los árboles de tela pueden decorar cualquier rincón de tu casa, de la cama al sofá. Si además les pones luces, el resultado puede ser sorprendente.
Un árbol pegado a la pared Si eres de los que disfruta poniendo espumillón y colocando las bolas, pero tu árbol de plástico está ya tan chuchurrío que no tiene ni forma de abeto, puedes probar “dibujando” el árbol en la pared y llenarlo de los objetos típicos de la Navidad. El resultado es chulísimo y no quita espacio al salón.