Las flores frescas alegran cualquier ambiente, en ocasiones nos regalan un ramo especial y nos entristece pensar que en pocos días se marchitará. La solución para que esas flores nos duren eternamente es secarlas. Una vez secas, si seguimos unos sencillos pasos, nos pueden servir para dar un toque original en cualquier rincón de nuestro hogar
Métodos de secado
Existen diferentes métodos para secar flores, algunos tardan un tiempo en obtener el resultado final, otros son más rápidos.
Secado al aire
Este método mantiene el color y la forma de la flor elegida. Asegurar cada flor con una goma o hilo y colgarlas bocabajo en un lugar seco y oscuro. Rociarlas con laca. Suelen tardar en secarse desde unas semanas a un mes. No se deben tocar hasta que no estén completamente secas.
Secado en el horno
Colocarlas a temperatura media con la puerta entreabierta, ir comprobando como se van secando, suelen tardar entre dos y tres horas, depende del tamaño y del tipo de flor.
Desecante casero
Mezclar dos partes de bórax con una parte de harina de maíz. Poner en una caja una capa de la mezcla, colocar las flores sin que se toquen entre ellas. Cubrir totalmente con otra capa de desecante. En diez días estarán listas.
Secado con gel de sílice
Este gel tiene la propiedad de secar las flores sin dañarlas ni alterar su color natural. Es ideal para flores grandes.
¿Qué flores utilizar para secar?
Casi todas las flores son aptas para secarlas, por ejemplo: dalias, lavandas, rosas, peonías, lirios, hortensias, mimosas, girasol, siemprevivas, margaritas, entre otras.